Euskal Herria hacia la Democracia Socialista

COMUNICADOS EHK
Tools
Typography
  • Smaller Small Medium Big Bigger
  • Default Helvetica Segoe Georgia Times

 

  • Cuestión general

En términos teóricos, el Socialismo es la fase de transición entre el modo de producción capitalista y el modo de producción comunista. El inicio del Socialismo comienza tras la superación de tres estapas:

  1. La agudización de las contradicciones del capitalismo determina el inicio del estallido interno del estado capitalista.
  2. Surge una situación de doble poder de clase.
  3. La clase capitalista, en una larga lucha, pierde la hegemonía ante la clase asalariada y empieza la construcción del Estado Socialista. 

En el Socialismo, como primera fase del comunismo, se comtempla una sociedad con los medios de producción colectivos, con la producción planificada según las necesidades sociales y regida por los valores de uso en vez de bajo la dictadura del mercado y de la ley del valor-trabajo, según planes socialmente debatidos, decididos y sustentados en el avance de la hegemonía de la clase trabajadora y los sectores populares.

El papel del Estado es fundamental como aparato decisivo para el sostenimiento de los procesos de producción, reproducción y su posterior síntesis como totalidad resultante. Es nuestro deber combatir la campaña ideológica de nuestros enemigos de clase, realizada para minimizar o reducir a la nada el papel del Estado con la consigna demagógica de “más mercado y menos Estado”.

La cuestión del Estado ha sido y es decisiva en la lucha teórica entre el marxismo y la burguesía, porque la cuestión del Estado atañe esencialmente a la cuestión de la propiedad privada, de la estructura de clases y de la lucha de clases.

Sin caer en mecanicismos ni determinismos, para afrontar una fase Socialista, tienen que tenerse en cuenta ciertas cuestiones:

  • Estar muy avanzado el proceso de dominio de la propiedad pública y extinción irreversible de la propiedad privada y de las relaciones sociales que le son inherentes.
  • Estar muy avanzado el proceso de des-mercantilización y de abandono del valor de cambio, sustituido por los valores de uso.
  • Estar muy avanzado el proceso de reunificación del trabajo intelectual con el manual.
  • Estar muy avanzado el proceso de la extinción de las clases.
  • Estar muy avanzado el proceso de reintegración de la especie humana en la naturaleza.
  • Estar muy avanzado el proceso de internacionalización socialista en base al libre desarrollo de los pueblos en un contexto de solidaridad mutua.

 

  • ¿Es posible desarrollar el Socialismo en un marco nacional?

Cada proceso revolucionario en su camino, adquiere y tiene unas características que le son específicas, por lo tanto, hay y habrá distintos socialismos nacionales.

El Socialismo es posible como desarrollo transitorio en marcos nacionales pero necesita de la convergencia con otras naciones socialistas en el plano internacional para poder avanzar.

Los socialismos nacionales sin las correlaciones de fuerzas internacionales adecuadas, será difícil que venzan a las fuerzas políticas, económicas, sociales, culturales y militares del imperialismo.

 El Socialismo es un largo proceso, abierto también al estancamiento y a la derrota, que va superando fases sucesivas y crisis.

En la construcción socialista, no caben alianzas estratégicas con la burguesía.

La función de los comunistas entregados a la construcción del socialismo en clave internacional, es coordinar, alentar y ayudar a convertir en clase nacional al proletariado de cada nación.

La clase trabajadora tiene que constituirse territorialmente en clase nacional, lo que en el Manifiesto Comunista Marx y Engels, en 1948, lo explicitan así:

A los comunistas se nos reprocha también que queramos abolir la patria, la nacionalidad.

Los trabajadores no tienen patria.  Mal se les puede quitar lo que no tienen.  No obstante, siendo la mira inmediata del proletariado la conquista del Poder político, su exaltación a clase nacional, a nación, es evidente que también en él reside un sentido nacional, aunque ese sentido no coincida ni mucho menos con el de la burguesía.

 

  • La Vía vasca al socialismo

Debemos alejarnos de la entelequia de la vieja idea de la revolución en proceso de maduración o de la revolución inminente que se nos aparece como un espectro, como un espejismo en el desierto, cada vez que se visualiza una fase de ruptura o se produce una crisis económica.

Tenemos que tener claro que ningún movimiento político de importancia cuestiona hoy en día las bases del capitalismo. Existen, no obstante, honrosas excepciones. Estas experiencias sin embargo, se encuentran muy localizadas y en etapas de la revolución en las que todavía no se han puesto en el orden del día, los problemas del socialismo como sociedad de transición hacia una nueva forma superior de existencia de la humanidad, lo cual repercute negativamente en sociedades desarrolladas como la vasca.

La necesidad del Estado vasco no es un capricho, ya hemos hablado del papel fundamental que cumple. La dialéctica entre des-territorialización y territorialización en el debate sobre el binomio estratégico de “independencia y socialismo”, debe ir unida a la planificación del Estado, que necesariamente determina los desplazamientos de la fuerza de trabajo social, su migración de un territorio a otro, los movimientos parejos a los desplazamientos de ramas productivas, de formas de capital industrial, de servicios, etc.

Los pequeños logros tácticos que se vayan consigiendo nos colocarán en una mejor posición para transformar la sociedad y caminar hacia la democracia socialista, teniendo siempre presente, de que las reformas nunca serán suficientes mientras no se anule la capacidad del enemigo de involucionar la situación. El movimiento popular activo y la clase trabajadora debe mantenerse críticos y vigilantes para que esto no ocurra y para garantizar el debate y la superación de las nuevas contradicciones que los cambios vayan generando.

Las limitaciones de nuestro proceso emancipatorio no deben servir de excusa para no empezar a dar pasos en la democracia económica y avanzar hacia la construcción del socialismo. Poseer una alternativa socioeconómica está inscrita en el enfrentamiento de los movimientos populares y la clase trabajadora contra el Estado en todos los frentes de lo cotidiano de lo vivencial y del día a día.

En este sentido, debemos frenar las privatizaciones e ir limitando y recortando la economía privada, desarmarla en las grandes cuestiones estratégicas (como la creación de un banco público, empresas energéticas…) y combatir la explotación laboral y social así como la opresión de género en todos los ámbitos.

Paralelamente, debemos poner sobre la mesa planes para desarrollar las vías hacia el Estado Socialista Vasco. Planes que abarque la tarea de concreta del fortalecimiento de los sectores públicos, el aumento de la propiedad colectiva, de la propiedad municipal, y sobre todo devolver el papel del Estado en la economía.

El Pueblo Trabajador Vasco tiene que estar organizado y decidido a vencer en las vitales fases de la lucha en las que se decide la superación o continuidad del poder burgués, su derrota o su victoria. Cuanta mayor sea la firmeza y su fuerza obrera y popular, cuanto más amplia y legítima sea su hegemonía y su política de alianzas, menor será la resistencia burguesa.

Para lograrlo es imprescindible elaborar un Socialismo que tenga el enriquecimiento pluridimensional del ser humano.

 

  • ¿Es posible llegar al comunismo desde un solo país?

En la fase imperialista del capitalismo, no es posible que un movimiento de trabajadores socialistas de una nación, a través de su constitución en clase nacional, tomando el poder del estado, pueda establecer el modo de producción comunista por varias cuestiones que ha aclarado la experiencia histórica:

  1. Inmediatamente que el proletariado se eleva como clase nacional y toma el poder del estado estableciendo su hegemonía, una coalición de fuerzas imperialistas y un auge del terrorismo burgués convergen para aplastarlo, aislándolo, boicoteándolo y masacrándolo.
  2. El modo de producción comunista no puede ser instaurado en un solo país o en países que no estén altamente desarrollados o tengan un campesinado mayoritario.

Veamos una descripción del comunismo realizada por Marx en “La ideología alemana”:

     “… para expresarnos en términos comprensibles para los filósofos, sólo puede acabarse partiendo de dos premisas prácticas. Para que se convierta en un poder «insoportable», es decir, en un poder contra el que hay que hacer la revolución, es necesario que engendre a una masa de la humanidad como absolutamente «desposeída» y, a la par con ello, en contradicción con un mundo de riquezas y de educación, lo que presupone, en ambos casos, un gran incremento de la fuerza productiva, un alto grado de su desarrollo; y, de otra parte, este desarrollo de las fuerzas productivas (que entraña ya, al mismo tiempo, una existencia empírica dada en un plano histórico-universal, y no en la existencia puramente local de los hombres) constituye también una premisa práctica absolutamente necesaria, porque sin ella sólo se generalizaría la escasez y, por tanto, con la pobreza, comenzaría de nuevo, a la par, la lucha por lo indispensable y se recaería necesariamente en toda la porquería anterior; y, además, porque sólo este desarrollo universal de las fuerzas productivas lleva consigo un intercambio universal de los hombres, en virtud de lo cual, por una parte, el fenómeno de la masa «desposeída» se produce simultáneamente en todos los pueblos (competencia general), haciendo que cada uno de ellos dependa de las conmociones de los otros y, por último, instituye a individuos histórico-universales, empíricamente universales, en vez de individuos locales.

El comunismo, empíricamente, sólo puede darse como la acción «coincidente» o simultánea de los pueblos dominantes, lo que presupone el desarrollo universal de las fuerzas productivas y el intercambio universal que lleva aparejado.”

 

                          EHK (Euskal Herriko Komunistak)