Publicado en el blog de topatu.info
La semana pasada se abrió un debate bastante interesante en los blogs de topatu.info. Tras la pregunta; ¿Somos comunistas?, Aitor Martinez en un post realizaba un breve repaso a las claves ideológicas del socialismo llegando a la conclusión de que si es socialista, es comunista o no es socialista, dando paso a un rico debate.
Desde que se asentaron los principios ideológicos básicos del MLNV entorno a la V asamblea, la palabra socialismo ha ido acompañada a la de independencia.
Las bases y la misma raíz de la izquierda abertzale crece a partir de dos conceptos que a lo largo de su historia y desde que fueron planteados han sido los que han hecho ser o no ser a la izquierda abertzale. Su dos mayores señas de identidad por encima de cualquier tipo de debate estratégico, organizativo, de estructuramiento, táctico, de posicionamiento o camino.
- La lucha de clases en Euskal Herria toma la forma de liberación nacional. Lo que sería resumido en el “independentzia eta sozialismoa” que no es un simple lema sino que directamente sintetiza el proyecto político de la izquierda abertzale. A su vez, tampoco es solo un proyecto político sino que es el proyecto antagónico a la opresión nacional y social. Su contrario.
- La realidad es una lucha constante entre clases sociales y eso es lo que genera cambios. También sintetizado en “borroka da bide bakarra”. En el contexto de Euskal Herria tomaría por tanto un doble pero interconectado significado: La realidad (vasca) es una lucha constante entre clases sociales y entre los estados español/francés y Euskal Herria. Esto es lo que genera cambios.
A partir de estos dos puntos, consciente o inconscientemente en algunos casos, se ha levantado absolutamente casi todo lo que hasta hoy conocemos. Por lo tanto, sería la naturaleza básica de lo que es la izquierda abertzale aun con sus contradicciones. Y digo consciente o inconscientemente porque estas dos bases no son mas que la aplicación del materialismo dialéctico en el contexto de una perspectiva vasca de liberación. Efectivamente, la praxis histórica del MLNV está levantada sobre pilares marxistas-leninistas clásicos, amoldados al contexto en su desarrollo y unidos a la dificultad añadida de las consecuencias de la opresión nacional y la ocupación. La cual es definida acertadamente como eje principal de contradicción.
Socialismo y comunismo
El primer socialismo, o también llamado socialismo utópico fue una corriente de pensamiento en reacción a las contradicciones que afloraban en los albores de la industrialización dejando un análisis crítico de la evolución del capitalismo pero sin ofrecer una alternativa revolucionaria ni un modo de combatir el capitalismo ni una forma de pensamiento estructurada. Es decir , sin poder llegar a visualizar que la realidad es una lucha constante entre clases sociales y eso es lo que genera cambios y sin identificar al sujeto revolucionario. Mas tarde llegaría el Socialismo científico del que bebe toda la izquierda mundial no socialdemócrata y donde se fueron integrando las corrientes utópicas que no se disolvieron. En ese socialismo es donde se encuadra tanto el anarquismo como el comunismo.
Para hablar de la relación entre socialismo y comunismo, la clave fundamental reside en el Estado y su definición. Para la izquierda revolucionaria,el Estado es siempre una dictadura de una clase social sobre otra. Nunca algo neutro. De ahí el concepto dictadura del proletariado que no significa otra cosa más que un Estado democrático socialista, en contraposición a la democracia burguesa que es la que sufrimos tanto en el norte como en el sur de Euskal Herria,la dictadura burguesa o del capital. Es por ello que para superar esa doble opresión nacional y social se identificó al Estado socialista vasco como el camino.
El socialimo no es nada más y nada menos que lo ya teorizado como fase previa al comunismo. Siendo el socialismo y el comunismo dos etapas históricas de la lucha de clases hasta el objetivo final de la desaparición de éstas. Con la consiguiente destrucción de todos los Estados.
- La primera fase del comunismo es el Estado socialista. En esta fase, el Estado es propietario de los medios de producción.
- La fase superior del comunismo es la extinción del Estado. Ya que un estado es un aparato de dominio de una clase sobre otra. Desapareciendo las clases se extingue el estado.
La diferencia más sintética con el anarquismo es que éste prescinde de la fase del estado socialista. Sin embargo coincide en el comunismo libertario en la fase superior socialista.
El comunismo por tanto es la fase final del desarrollo socialista donde mediante el internacionalismo el conjunto de estados socialistas mundiales se auto-extinguen al haber desaparecido las clases sociales. Un proceso internacional que posiblemente para muchos es una utopía pero para otros una barbarie o un caos de no ocurrir y que puede llevar hasta la misma destrucción del planeta. A pesar de que el comunismo se ha identificado solo con el marxismo-leninismo existen otras corrientes que también aspiran a esa fase superior algunas anteriores al marxismo-leninismo, otras posteriores como el anarcocomunismo , el comunismo consejista etc..
El socialismo, al ser de aplicación estatal en los diferentes marcos autónomos de lucha de clases requiere un carácter identitario ya que se construye siempre partiendo de un contexto concreto y diferente de ahí la necesidad de una teoría y práctica socialista vasca que aún estudiando los diferentes procesos en el mundo, tenga unas coordenadas propias.
Debido a las características del proceso histórico vasco, a la opresión nacional, a la división territorial vasca en dos estados extranjeros y al propio proceso revolucionario vasco con su dura lucha y represión, apenas se ha profundizado en la teorización del estado socialista y a la visualización posterior de ese desarrollo junto al del socialismo internacional que pueda derivar en comunismo. Una vez más, la V asamblea se queda como referente en ese sentido no habiéndose dado a nivel teórico un avance importante desde entonces.
Sin embargo, no cabe engañarse ni dejarse llevar por cantos de sirena españolistas tan comunes en algunos ámbitos auto-denominados comunistas que no han salido aún del academicismo o del infantilismo de izquierda. La lucha revolucionaria independentista y socialista vasca a lo largo de las décadas ha generado una base sin comparación en su contexto cercano que nos da una perspectiva bastante adecuada para encarar los retos del futuro socialista y Euskal Herria es sin género de duda la nación donde tras largos años de duro combate se dan mejores condiciones para el surgimiento de un estado socialista en muchos cientos y cientos de kilómetros a la redonda.
Sin bajar la guardia
Eso de ningún modo debería hacer bajar la guardia sino todo lo contrario ya que nos encontramos en una encrucijada donde el movimiento revolucionario vasco tendrá que tomar diversas decisiones ya que…
…El no impulso de una teoría socialista vasca de carácter revolucionario que partiendo de la experiencia de la lucha generada en décadas y la propia historia, cultura e idiosincracia vasca vaya dibujando el plano de la democracia socialista para Euskal Herria…
…El creer que ese esfuerzo teórico no sea necesario en la actual fase histórica del proceso de liberación o que sea incompatible con un proceso de acumulación de fuerzas soberanistas….
…La falta de “partidos de combate” u organizaciones socialistas revolucionarias….
…Que falte un diseño estratégico global de la lucha de clases lo cual hace no generar un avance integral en toda Euskal Herria cuando se producen avances sectoriales, sino que se quedan como luchas inconexas con el resto de dinámicas y no ayudan a alimentar en toda Euskal Herria una línea de trabajo concreto, coordinado y organizado….
y …
…Relativizar la ética revolucionaria en busca de beneficios instantáneos…
Todo ello puede traer una desviación socialista hacia la senda socialdemócrata también afectando a las posibilidades de liberación nacional debido a que la lucha de clases en Euskal Herria toma la forma de liberación nacional.
El movimiento revolucionario a lo largo de la historia ha tenido sus cosas buenas y otras que no lo han sido tanto. De entre las que no lo han sido yo destacaría dos. El personalismo y el sectarismo. Personalmente no creo que exista algo más anti marxista-leninista que declararse marxista-leninista. Es pura anti-dialéctica y de lo más inadecuado nombrar a dos personas como cabecera de una ideología y mecanismo de análisis y acción. Precisamente cuando el marxismo-leninismo es profundamente anti-dogmático y en continua construcción y de pensamiento expansivo. Nunca una foto estática.
Si es socialista, es comunista o no es socialista. Efectivamente, es obvio.
Aunque también es obvio que lo importante no es el debate semántico sino de contenidos. Lejos de una batalla por la adjetivización, la mayor aportación que puede hacer el socialismo revolucionario vasco es precisamente reforzar esos contenidos teóricos que deben de nacer de la praxis.
A mi personalmente me gusta el nombre de los y las borrokas. Borrokak. Borrokalariak. Que puede que a muchos le suene a “tribu urbana” pero a mi me parece muy simpático. En él visualizo el independentismo, el socialismo, y el futuro comunista sin clases ni delegacionismos, pero lo más importante de todo, la lucha. La nuestra. Que sin ella no habrá nada de lo anterior.