Euskal Herria, el paro estaría rozando el 15%

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Últimamente estamos recibiendo noticias de suicidios relacionados con la situación económica. No es que sea algo nuevo pero si está cogiendo eco mediático. Generalmente cuando hablamos de la situación socio-económica parece que todo queda en un mensaje abstracto de cifras y porcentajes. En otros casos hablamos de socialismo y de justicia social. Y todo eso está muy bien. Sin embargo, detrás de todo ello existen personas con nombres y apellidos, con auténticos historiales de sufrimiento que se encuentran en estos momentos en un callejón aparentemente sin salida y en muchos casos con la necesidad de una respuesta inmediata. No solamente a nivel material sino emocional. Cuando hablamos de consecuencias del capitalismo, no estamos hablando simplemente de teorías o de macro-política como pudiera parecer a veces.

Bajo el ataque sin corazón que estamos sufriendo en la ofensiva capitalista denominada “crisis” el incremento de tragedias personales es un hecho. Pues al fin y al cabo, esto tiene una traducción bien simple; Adeudos bancarios, desahucios, paro, pobreza, erosión de derechos etc.. Y no ocurre esto a personas anónimas sino a nuestros amigos o amigas, parejas, familiares … gente cercana o menos cercana, o a nosotros y nosotras mismas. Una de las consecuencias más comunes y en alza debido a este contexto es la aparición de la depresión por desempleo o graves problemas económicos. La desesperación gana terreno y los ánimos para seguir adelante se esfuman.

Lo que viene a continuación no es un manual de “como alcanzar el estado socialista vasco” ni de como “eliminar el capitalismo y acabar con la desigualdad social”. Simplemente una serie de observaciones desde el aspecto humano. Cuando se acumulan la tristeza, falta de interés, fatiga, trastornos del sueño (por exceso o por falta), ansiedad, estrés, falta de apetito, bloqueo mental (dificultad para tomar decisiones), agarrotamiento, problemas digestivos, irascibilidad, pérdida de interes sexual, ataques de llanto frecuentes, disminución de la energía. Que son general algunos de los síntomas que pudieran aparecer ante la incertidumbre de no encontrar trabajo y otros factores relacionados, nos encontramos ante un grave problema.

La depresión por desempleo puede ser frecuente, y además el o la que pasa por ello creerá que su prioridad en apariencia vital y más urgente es la necesidad de encontrar un trabajo o sacar la cabeza del ahogo económico en la que se encuentra. Sin embargo, para llevar ese proceso adelante en ocasiones es necesario cierta fuerza mental que en esos momentos se escapa de las manos, pudiendo hacernos caer en un bucle.

Ese malestar psicológico no se debe exclusivamente a la falta de recursos económicos, sino sobre todo a la «ruptura» que implica la situación y que puede propiciar trastornos afectivos o psicofisiológicos. Pérdida extrema de autoestima, sentimientos de inseguridad, sentimientos de fracaso, degradación social, vergüenza y culpa.

¿Qué podemos hacer?

  • Alimentación correcta y hacer ejercicio. Simple, pero vital.
  • Ser constantes en la búsqueda de empleo, pero sin centrar toda la rutina en ello.
  • Compartir momentos con las personas que nos hacen sentir bien. Aunque en apariencia no tengas ninguna gana de ello. Al final siempre va a ser mejor en todos los sentidos que quedarte en soledad. Hazlo.
  • Nada de drogas. El sol es tu pastilla. Sal a la calle a caminar. Suena muy simple pero el hecho de que te de el aire fresco en la cara te ayudará a aclarar y relajar la mente y al caminar relajarás el cuerpo. A veces cuando estás agobiado lo mejor es salir a caminar un rato. Obligate a ello.
  • Márcate objetivos y ve a por ellos. Mantén una rutina diaria, participa en distracciones productivas, detecta tus puntos fuertes, alimenta tus hobbies.
  • Busca y rebusca hasta que encuentres algo que te haga ilusión.
  • El culpable de tu situación económica no eres tú, sino el sistema. Vehiculiza los sentimientos negativos hacia él. Es lo justo.
  • Eres miembro de la clase trabajadora. Lo cual es un motivo de orgullo. Organizate en el movimiento popular ya sea en asambleas de parados o diversas plataformas o movimientos sociales. Encontrarás a personas con tus mismas motivaciones y preocupaciones. Lo cual a parte de servirte de apoyo y fuerza, nos servirá a todos para apoyarnos en ti.
  • Pide ayuda especializada a quien creas necesario.
  • Ante la desesperación, calma y repaso de los puntos anteriores.