Que los acuerdos de Lizarra-Garazi se rompieran no significaba en absoluto el fracaso de la vía negociadora como fórmula para abrir un nuevo escenario político en Euskal Herria, más democrático. ETA y el Estado lo saben.
Lucha armada revolucionaria
Lucha armada revolucionaria
ETA Y LA NEGOCIACIÓN POLÍTICA (IIªparte)
Retomemos la cuestión desde la ruptura de Argel. La organización ETA comienza a contemplar sus límites de maniobra en un proceso político negociador y por ende, los límites de la “línea mili” tomada como correcta en los años 70 y 80. Sus comunicados, como hemos podido leer en la primera parte de esta exposición, son una buena muestra de ello
ETA Y LA NEGOCIACIÓN POLÍTICA. (Iª parte)
Para entender los distintos procesos de negociación entre ETA y el Gobierno español debemos antes retrotraernos en el tiempo, allá por los comienzos de los 70, y analizar los debates que se dieron en ese momento, sobre el papel que debía tener la lucha armada en el proceso de liberación y quién tenía que ser el sujeto político que se encargaría de asumir sentarse frente al Estado y desarrollar un proceso político en consecuencia.