Debate. “Bajo los principios de Marx, Lenin y Bolívar”

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En el Partido Comunista Clandestino Colombiano tenemos suficientemente clara la unidad y complementariedad del pensamiento de Marx, Lenin y Bolívar; ellos hacen parte del ideario fariano en la lucha revolucionaria, y es por ello que además de asumir sus planteamientos como líneas generales hacia un horizonte socialista, nos disponemos a socializar su pensamiento con el pueblo colombiano y latinoamericano, convencidos que más temprano que tarde los pueblos la Patria Grande harán realidad los sueños de libertad.

Para nadie es un secreto que durante el siglo XX en el continente latinoamericano es donde más se presentaron experiencias guerrilleras que, acudiendo a los principios revolucionarios de diferentes próceres, creaban plataformas políticas encaminadas a la liberación de los países subyugados a los poderes políticos, económicos y militares de las fuerzas conservadoras nacionales y extranjeras; muchas de esas experiencias han quedado atrás como historias nostálgicas, otras, en medio de diversas condiciones políticas han ingresado a las contiendas electorales, y otras como las FARC-EP, aún se mantienen en la senda revolucionaria de la lucha armada caminando hacia la emancipación humana.

En varios casos las FARC-EP comparte su raíz político-filosófica con otras guerrillas revolucionarias de nuestro continente, e incluso en la misma Colombia; por lo menos así lo planteaba el comandante Timoleón Jiménez en compañía de Gabino (comandante del ELN), afirmando que como movimientos guerrilleros “somos dos troncos de una misma raíz”.

No es casualidad que partidos y movimientos políticos revolucionarios a lo largo y ancho de todo el mundo, al igual que organizaciones guerrilleras encuentren en la teoría marxista una de sus principales herramientas. Los planteamientos de Karl Marx que durante el siglo XIX nutrieron la conformación de la conciencia de clase a través de partidos socialistas-comunistas y sindicatos, fortalecen las ideas revolucionarias durante todo el siglo XX y aún en el XXI. Son diversos los temas abordados por Marx desde inicios de 1840 hasta inicios de 1880; en todos ellos, guardando un cuerpo lógico y una sólida coherencia entre el pensamiento y la acción, es posible encontrar los mejores análisis políticos, económicos, filosóficos y culturales que dan cuenta de la sociedad capitalista y el reconocimiento de su necesaria superación; así se explica entonces por qué no sólo los partidos políticos revolucionarios, sino también los sectores críticos de las ciencias sociales asumen su pensamiento como una referencia obligada.

Cualquier profesional (a nivel mundial) de filosofía, economía, historia, ciencia política y otras, puede dar cuenta de la necesidad incuestionable del pensamiento marxista para la comprensión de la sociedad capitalista; por nuestra parte, haciendo uso de tal teoría, pero sin reducirnos a academicismos abstractos, reconocemos la importancia de ésta para el avance en los procesos de transformación revolucionaria. En las FARC-EP no sólo vemos el marxismo como una teoría académica, sino como un fundamento de análisis necesario para la acción revolucionaria, es por ello que nos reconocemos como una organización profundamente marxista.

La unidad entre la teoría y la práctica fue una de los principios fundamentales de Marx, retomado por Vladimir Lenin a la cabeza de todo el proceso revolucionario ruso desde 1905, pasando por el triunfo bolchevique en 1917, y hasta 1921 posterior a la guerra civil. La consigna de Lenin era clara “sin teoría revolucionaria, no hay acción revolucionaria”. La materialización de los planteamientos revolucionarios en el campo de batalla, en la vida cotidiana y la construcción de un nuevo Estado bajo el poder de los trabajadores, demostró la grandeza del líder bolchevique al enfrentarse a las instituciones y al tipo de vida caracterizado por la explotación y la dominación. Lenin mostró con claridad la actitud y disciplina que debe tener todo revolucionario que se enfrenta al poder oligárquico y burgués propio del capitalismo.

Ahora bien, tanto para Marx como para Lenin, era claro que el camino revolucionario hacia la emancipación sólo puede ser transitado de manera colectiva y con una fuerte conciencia de clase, proceso que debe ser construido por medio de la organización de los trabajadores construyendo el poder popular sin reducirse al juego parlamentario burgués; de este modo, al reconocer nuestras particularidades como organización revolucionaria que tiene que interpretar su contexto nacional más inmediato, combinamos la utilización de la violencia revolucionaria ejercida por todos nuestros combatientes, el movimiento de masas a la cabeza del Movimiento Bolivariano y una actividad político-militar por parte de los integrantes del Partido Comunista Clandestino Colombiano. El aporte en la construcción de la conciencia de clases ejecutada con disciplina y valor, son los medios a los cuales hemos acudido para derrocar el Estado burgués y la clase dominante; estas son nuestras mayores ofrendas para la construcción del socialismo.

Con Marx y con Lenin aprendimos que la sociedad de barbarie que nos ha impuesto el capital no es una condena eterna decretada por los dioses, sino que es producto del recorrido histórico que hasta nuestros días han protagonizado las diferentes clases sociales. Tal y como fue posible crear la sociedad que hoy tenemos, así mismo será posible derrumbarla y crear una nueva, donde sean las grandes mayorías las que se beneficien de todo lo que el ser humano crea con su trabajo.

En el camino hacia el socialismo será necesario tener bien claro quiénes son los enemigos y cuál debe ser la mejor forma de combatirlos; en esta importante labor, el Libertador Simón Bolívar nos dio las orientaciones más precisas, advirtiendo los peligros que representa el poder imperialista de los Estados Unidos de Norteamérica, y la necesidad imperante de unificar las luchas de los pueblos oprimidos para alcanzar la libertad. Desde 1810 hasta 1825 la espada de Bolívar recorrió la cordillera de los Andes y parte de los valles, combatiendo con tesón el imperio colonial español y las oligarquías nacionales que se pretendían apoderar de las riqueza del pueblo. El libertador nos dejó claro que ante el poder opresor de los imperios y el oportunismo rastrero de las oligarquías, la espada tendrá que seguir desenfundada hasta alcanzar una Nueva Colombia.

En el Partido Comunista Clandestino Colombiano tenemos suficientemente clara la unidad y complementariedad del pensamiento de Marx, Lenin y Bolívar; ellos hacen parte del ideario fariano en la lucha revolucionaria, y es por ello que además de asumir sus planteamientos como líneas generales hacia un horizonte socialista, nos disponemos a socializar su pensamiento con el pueblo colombiano y latinoamericano, convencidos que más temprano que tarde los pueblos la Patria Grande harán realidad los sueños de libertad.