x Javier Méndez-Vigo
“La nación es un producto directo de la sociedad capitalista. La historia antigua y medieval no ha conocido en realidad la noción, sino únicamente gérmenes de la misma. El fundamentode la nación es el desarrollo del intercambio sobre la base económica del capitalismo `[Andreu Nin]
Durante la Revolución española (1931- 1939) se intenta solucionar el problema nacional por parte de la izquierda. Un grupo político como fue la Oposición Comunista de España defiende que“la emancipación nacional es una de las reivindicaciones de la democracia, y por eso el proletariado no puede desentenderse.
La emancipación nacional, como las otras conquistas de la democracia nada más se puede solucionar mediante la acción de las grandes masas populares dirigidas e impulsadas por el proletariado” [Andreu Nin, Socialisme i nacionalisme]. Más tarde Izquierda Comunista, antes de su unificación con el BOC para formar el POUM, publica en la Batalla (nº 82) publica sus“Tesis sobre la Cuestión de las Nacionalidad” donde se propugna una solución política para el problema nacional: la UNIÓN DE REPÚBLICAS SOCIALISTAS DE IBERIA.
Ambas organizaciones estaban dirigidas por un grupo de pensadores y dirigentes comunistas entre los que destacaban Juan de Andrade (uno de los fundadores del primer PCE) y Andreu Nin. Este último que comenzó como militante sindicalista (CNT) termina por afiliarse al comunismo durante su estancia en la Rusia revolucionaria donde fue compañero de Leon Trotsky. Y a su vuelta a España dirigia el grupo de la Oposición de Izquierda.
Análisis de la cuestión nacional
No es la primera vez que Andreu Nin se enfrenta al “problema nacional”; ya en sus escritos en la revista de la Izquierda Socialista del PSOE (Leviatán) entró en discusión con teóricos como Luis Araquistaín. Así en un escrito de aquella época defiende que “Nacionalismo y Socialismo son dos términos aparentemente antitéticos, pero sus fines se confunden y complementan recíprocamente, existen una íntima e indestructible conexión entre ambos. Ambos amenazan los fundamentos mismos de la sociedad actual”.
Es un primer intento de estudiar el problema nacional en el Estado español. El problema reside en que dicha época no se traspasa los límites teóricos de la II Internacional, moviéndose en el amplio abanico de lo que representaba la socialdemocracia alemana. Las cosas iban a cambiar desde que abraza el bolchevismo y vive la realidad de la Rusia revolucionaria. No podemos olvidar el hecho de que a partir de su viaje a la Rusia revolucionaria se inicia una inflexión teórica; pues es la época en la que este dirigente obrero representa la máxima función dentro de la Internacional Sindical Roja (ISR). Y en 1922 cuando se celebra el II Congreso de la ISR es nombrado miembro del Comité Ejecutivo de la misma y secretario general adjunto. Una época que dura hasta 1926 y durante la cual colabora con el PCI en Italia, o con los sindicalistas holandeses.
Pero al mismo tiempo, y durante ésta época, Nin ingresa en el Partido Comunista de la URSS y en el soviet de Moscú, participando en todos los niveles de la vida política soviética. Más tarde, a partir de 1926, forma parte de la Plataforma de la Oposición dirigida por Leon Trotsky. Pero a pesar de lo dicho no abandona la política del Estado español y en particular de Cataluña, colaborando con el diario L'Opinió. Así desde Moscú redacta años más tardes un de los libros fundamentales para entender esta etapa de la política española [Las dictaduras de nuestro tiempo] donde replica a otro libro de Francesc Cambó [Las dictaduras]. Nin en este libro ve y estudia el problema del fascismo y su auge para diferenciarlo de cualquier otro tipo de dictadura. Para ver la diferencia A. Nin define qué es el fascismo y destaca las siguientes características para definirlo: a) la inconsistencia de las relaciones capitalistas y la necesidad de consolidarlas por medios dictatoriales; b) la amenaza o el fracaso de la revolución proletariado; c) la existencia de un gran elementos sociales déclassés; d) el descontento y la desilusión de la pequeña burguesía ¡Qué lejos este análisis de otros que caen en el voluntarismo o el economicismo! Pero además Nin señala cuáles son los rasgos del fascismo: 1) su propósito reside en consolidad el predominio del gran capital; 2)el menosprecio y abandono de las instituciones democráticas; 3)la represión encarnizada contra el proletariado; 3) utilización como base del movimiento de la pequeña burguesía y de los elementos déclassés; 5) una política exterior de expansión imperialista. Nada que ver con la tesis economicista de años posteriores que llegaran a defender el fascismo como“el último estadio del capitalismo”.
Al mismo tiempo, A. Nin en la primera parte de este libro analiza el problema nacional desde las perspectivas del marxismo y por tanto desde la perspectiva proletaria. En su crítica a Cambó critica la “balcanización” de la Europa salida de la Primera Guerra Mundial: “En lugar de una Europa constituida por la unión voluntaria de los pueblos libres (lo cual es una utopía en la Europa capitalista) nos encontramos con una Europa balcanizada, desmenuzada, con Estados opresores y Estados vasallos, separados por barreras geográficas y arancelarias, sin las precisas condiciones para una existencia independiente” [Las dictaduras de nuestro tiempo].
Es a su vuelta a España donde A. Nin va a tratar la Cuestión Nacional. Ya en un artículo publicado en Comunismo (Revista teórica del POUM) defiende que “la lucha de las nacionalidades es uno de los aspectos de la revolución democrática, y, por tanto, está íntimamente ligada con la lucha de clases. En dicho movimiento, como en el democrático en general, la gran burguesía tiende siempre a ceder ante el poder central. La pequeña burguesía por el contrario tiende hacia soluciones radicales” [Consideraciones sobre el problema de las nacionalidades]
Lo fundamental de dicha cita es el hecho de que la burguesía está en la etapa descendente, tiene miedo de la entrada en acción de las masas. Por dicha razón siempre cede terreno; pero es que además las características del capitalismo español son completamente diferentes, ya que desde 1808 y frente a la invasión napoleónica se ha producido una“alianza de clase” de la burguesía con lo que queda del antiguo régimen feudal (la nobleza).
A. Nin explica muy bien lo dicho en el punto 2 de“las Tesis sobre la cuestión de las nacionalidades” donde afirma que“el estado imperialista pan-español ha sido con relación a las diversas nacionalidades ibéricas un aparato centralista al servicio de la monarquía, la cual como expresión del régimen feudal, privaba la expansión y el florecimiento de las diferentes nacionalidades que integraban el estado”.
Este hecho se produce por la especificidad de la propia burguesía española que no ha seguido el curso histórico de otras burguesías, pues según Nin en España“se ha formado el estado antes que la nación. El estado castellano ha logrado poco a poco ejercer su hegemonía sobre las demás nacionalidades ibéricas, destruyendo los organismos estatales de estas nacionalidades... La formación histórica del estado español no se apoya, pues, sobre bases burguesas, sino que toma todas las características feudales, hostil, por tanto, al capitalismo industrial”.
...Y el proletariado
Si la burguesía no ha solucionado la cuestión nacional, ¿quién puede dirigir el movimiento? Para A. Nin“el proletariado no puede desentenderse de la cuestión. En todo movimiento de emancipación nacional hay un contenido democrático, y el proletariado ha de sostenerlo incondicionalmente”. Ahora bien pensamos que no se puede tomar de una manera abstracta este hecho y creemos que en estos artículos Nin tampoco lo hace. Como bien dice Alan Woods el problema nacional ha de quedar supeditado a la cuestión de clase, a los intereses del proletariado. Por esto mismo Nin acepta la teoría marxista y en el texto “La cuestión de las nacionalidades y el movimiento obrero revolucionario” nos dice que“la idea central de Marx y Engels era la subordinación de todos los problemas a los intereses generales de la revolución. Su actitud ante los movimientos nacionales no podía escapar a esta norma fundamental e inquebrantable. Así, cuando Marx preconiza la necesidad de la liberación de Irlanda, no parte de los intereses de la nación irlandesa, sino de los del proletariado”.
Por esto mismo las tesis del POUM concebían que en el Estado español la revolución democrática y la socialista se encontraban interconectadas y no podían existir una sin la otra. Pero esto sólo iba a ser posible si el proletariado hegemonizaba el proceso. Por dicha razón “el proletariado, campeón decidido de las reivindicaciones democráticas, ha de desplazar a la burguesía y a los partidos pequeños burgueses de la dirección de los movimientos nacionales que traicionan, y llevar la lucha por la emancipación de las nacionalidades hasta las últimas consecuencias” De ahí la propuesta de una Confederación socialista de los pueblos ibéricos.... Luego vendría la“contrarrevolución fascista” y el papel del proletariado catalán y español enfrentado al fascismo. Pero esto ya es otra historia.